19 noviembre, 2007

Amueblando la ciudad

"Debido a que la experiencia urbana se encuentra determinada por los grandiosos homenajes que se rinden al arte, la cultura y el gobierno, son las estructuras pequeñas y utilitarias cotidianas las que pueden proporcionar los placeres inesperados más intensos. En la ciudad la micro-arquitectura no tiene tanto que ver con lo caprichoso o experimental, sino con lo necesario. Los objetos arquitectónicos que hacen que una ciudad funcione y que prácticamente todos sus habitantes utilizan, o con los que de un modo u otro entran en contacto, confieren, y en algunos casos ayudan a determinar, el carácter de las ciudades de todo el mundo. El atractivo estético de un sistema de transporte, por ejemplo, afecta a los usuarios de cercanías y a los turistas en la misma medida que la eficacia de su funcionamiento. La mayoría de la gente establece asociaciones inmediatas entre el art nouveau y la señalización del Metro de París, o con las cabinas telefónicas de rojo intenso en Londres o con el clásico plano de metro. Dado el impacto del mobiliario urbano en el usuario, es difícil creer que la mayoría de estas estructuras son anodinas o carecen de inspiración. Las duras condiciones de la vida urbana conducen con demasiada frecuencia a un determinismo que permite que el diseño mediocre pase por ser lo único a lo que se puede aspirar.

Aún así, aunque la utilidad y robusted son condiciones previas de las estructuras como apeaderos de autobús, urinarios públicos o estaciones de tren, éstas no tienen por qué ser los heraldos del desastre arquitectónico. Los materiales de alta tecnología y el diseño concienzudo pueden hacer frente al vandalismo o al desgaste, a la vez uqe proporcionan cobijo o son funcionales. El desafío, al parecer, es deshacerse de nuestras ideas preconcebidas acerca de qué aspecto debe tener el mobiliario urbano y explorar qué aspecto puede tener y cómo puede usarse de modo diferente, a la vez que desempeña su función en las duras condiciones de vida de las ciudades."


(extraído del libro "Xs: Grandes ideas para pequeños edificios" de Phyllis Richardson)

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